EOLICAS – CRISTINA DE LA PEÑA. Primer Libro T. Martin Pescador 1975

Tenía el cuerpo del libro impreso (sumaban 24 pp., con blancos y formalidades: o sea, casi un folleto), pero faltaba la portada. El papel estaba húmedo, esperándome; la hora había llegado: era imprescindible contar con un sello editorial. No debía ser difícil de pronunciar o deletrear, requisito que imposibilitaba que fuera una palabra en lengua indígena; tampoco quería algo político o religioso. Prefería que comenzara con “Taller” en lugar de “Imprenta”, pues quizá con el tiempo se desempeñarían ahí otras actividades: cerámica, textiles, carpintería, lavandería. También me recordaba el nombre de una revista literaria mexicana de fines de los años treinta. Buscaba un nombre que sonara bien, que se viera bien, pero que no llevara implícita ninguna agenda. En la sala de emergencias, Fabriana. El día que Cristina llegó con una lista mecanografiada de posibles nombres se encontraba conmigo de visita un joven poeta chileno, Roberto Bolaño, amigo de mi hermano Ricardo y de Carla Rippey, su compañera. Cristina se puso a leer la lista en voz alta. Cuando pronunció “Taller Martín Pescador”, Roberto dijo: “Ahí tienes; ¿qué más quieres?”.